Trastornos de los eosinófilos

Generados a partir de la médula ósea, los eosinófilos son un tipo de célula determinante para la efectiva respuesta inmune del organismo, esto debido a que su especialidad se encuentra en el hecho de combatir organismos extraños tales como virus, bacterias, parásitos y similares. Puesto que a partir de un análisis de sangre es posible determinar sus valores, es gracias a estas cifras que podemos hablar de trastornos de los eosinófilos, desequilibrios que deben ser manejados bajo orientación médica pues normalmente indican la existencia de alguna enfermedad subyacente.

Ciertamente, el recuento total de eosinófilos en la sangre arroja un valor absoluto estimado entre 40 a 500 / ml, es este el parámetro para posteriormente identificar las cifras normales y aquellas que se consideran altas o bajas.

Alteraciones en el recuento de eosinófilos

Si quieres saber más sobre los eosinofilos y su función, puedes verlo en este enlace: eosinofilos funcion. Estos juegan un papel crucial en la lucha contra infecciones virales y a grandes rasgos, frente a organismos no fagocitables liberando muchas veces sustancias que ayudan en la destrucción de patógenos. En cuanto a su cantidad, los trastornos que más se identifican son los siguientes:

Eosinófilos elevados

Cuando los eosinófilos están por encima de 500 por cada ml de sangre, se establece este resultado como eosinofilia, un cambio que tiene mucho que ver con trastornos alérgicos, infecciones por parásitos y ciertos tipos de cáncer. Habitualmente, una ligera elevación no suele causar síntomas ni mucho menos ser detectada pero cuando esta se de forma extrema, se provoca una inflamación importante en los tejidos e incluso en los órganos.

El tratamiento de estos trastornos frecuentemente incluye corticoesteroides por vía oral y diversos antibióticos cuando se trata de infecciones.

Eosinófilos bajos

A esto se le llama eosinopenia y ocurre cuando los eosinófilos están por debajo de 40 / ml, pudiendo llegar en situaciones avanzadas a los 0 / ml. Muchas veces esta variación no provoca cambios, aunque cuando guarda relación con infecciones agudas como la neumonía o la meningitis, si puede afectar bastante.

Puesto que algunos medicamentos pueden llegar a deprimir el sistema inmune, en ocasiones el consumo de estos puede ser la causa, es por ello que la historia médica del paciente siempre debe ser consultada en su totalidad pues allí se encuentra toda la información para saber exactamente cómo proceder. Tal y como siempre se insiste en temas de salud, automedicarse nunca es bueno pues cada paciente presenta necesidades distintas que merecen enfoques acordes para poder asegurar el bienestar y en consecuencia disminuir los riesgos.

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